«Calle en Saintes-Maries» (Street in Saintes-Maries-de-la-Mer) es una obra pintada por Vincent van Gogh en junio de 1888, durante su estancia en el pequeño pueblo costero de Saintes-Maries-de-la-Mer, en el sur de Francia. Esta pintura es significativa tanto por su contenido como por el momento artístico que atravesaba Van Gogh, profundamente influido por la luz del Mediterráneo y la vida rural de la Provenza.
Contexto de “Calle en Saintes-Maries”
1. El viaje a Saintes-Maries-de-la-Mer
Van Gogh se encontraba viviendo en Arles desde febrero de 1888. En mayo, decidió hacer una escapada al pueblo de Saintes-Maries, a orillas del mar Mediterráneo, en busca de nuevos paisajes y ambientes. Era un lugar tranquilo, con arquitectura tradicional y una comunidad pesquera modesta, que contrastaba con la agitación de su mente.
Durante su estancia (alrededor de una semana), realizó varias pinturas y dibujos, incluyendo paisajes marinos, barcos de pesca, y esta vista urbana: una calle del pueblo. Le escribió a su hermano Theo que el lugar tenía un “carácter oriental” que le recordaba a las estampas japonesas, que él admiraba profundamente.
2. El entorno: el pueblo y sus calles
Saintes-Maries-de-la-Mer es un pueblo de origen medieval, con casas blancas, techos de tejas rojizas y calles estrechas. Van Gogh retrata una de esas calles, probablemente hacia el mediodía, con la luz del sol marcando las sombras cortas. No hay personas visibles en la escena, lo que resalta el silencio y la quietud del pueblo.
La obra transmite una sensación de sencillez rural, con una belleza austera. Las casas blancas y bajas parecen formar parte del paisaje, no dominan la escena sino que fluyen con ella.
3. Estilo y técnica
En «Calle en Saintes-Maries», Van Gogh utiliza su característico estilo postimpresionista, pero con una claridad y simplicidad que marcan una transición:
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Las líneas de la arquitectura son claras pero no rígidas. Las casas parecen casi orgánicas.
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Emplea una paleta clara y luminosa: blancos, ocres, azul del cielo y los tejados rojizos.
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Las pinceladas son visibles, pero más suaves que en obras posteriores.
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Hay un fuerte contraste entre el azul intenso del cielo y el blanco luminoso de las casas, reflejando la luz intensa del Mediterráneo.
Van Gogh había estado buscando capturar el efecto de la luz del sur y, en esta obra, consigue una atmósfera cálida y serena que contrasta con sus obras más dramáticas.
4. Influencia japonesa
Durante esta etapa, Van Gogh estaba fuertemente influenciado por el japonismo. Las líneas definidas, los colores planos y la composición simplificada de esta obra reflejan esa inspiración. Él mismo decía que el sur de Francia se le asemejaba a Japón en su luz, color y serenidad visual.
5. Sentido emocional
Aunque la pintura es luminosa y aparentemente tranquila, también puede interpretarse como una búsqueda de paz interna. Van Gogh estaba en constante lucha con su salud mental, y en Saintes-Maries encontró un breve respiro. Esta obra transmite una especie de esperanza serena, una pausa en su tormenta interior.
Resumen del contexto de “Calle en Saintes-Maries”
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Fecha: Junio de 1888.
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Ubicación: Saintes-Maries-de-la-Mer, sur de Francia.
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Tema: Calle del pueblo costero, sin figuras humanas, con casas blancas y cielo brillante.
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Estilo: Postimpresionista, influenciado por el arte japonés.
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Emoción transmitida: Tranquilidad, simplicidad, búsqueda de luz y paz interior.
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Importancia: Refleja un momento clave en la evolución de Van Gogh hacia su estilo más maduro y expresivo.
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