San Gregorio Magno» es una pintura religiosa realizada por Francisco de Goya alrededor de 1797-1799. Este cuadro formaba parte de un conjunto de obras encargadas para decorar la sacristía de la catedral de Valencia, junto con otros tres cuadros de santos padres de la Iglesia: San Ambrosio, San Agustín y San Jerónimo.
En «San Gregorio Magno», Goya representa al papa San Gregorio I, conocido como San Gregorio Magno, quien fue uno de los Padres de la Iglesia Latina y es considerado Doctor de la Iglesia. Goya lo muestra con una expresión solemne y serena, vestido con los ornamentos papales, incluyendo la tiara y el manto, y sosteniendo una pluma en una mano, simbolizando su papel como teólogo y escritor, mientras que en la otra lleva un libro, probablemente uno de sus escritos teológicos.
El fondo de la pintura es oscuro y sobrio, lo que enfatiza la figura del santo y da un tono austero a la composición. La iluminación suave sobre su rostro y sus manos es típica de la técnica de Goya, que utiliza claroscuros para añadir profundidad y enfoque emocional a la escena.
Esta obra es un ejemplo del estilo de Goya durante su periodo de madurez, en el que combina la influencia de los maestros barrocos españoles como Velázquez con su propio enfoque más expresivo y directo. Las obras de esta serie tienen un carácter más introspectivo y dramático, enfatizando la humanidad y la espiritualidad de los santos más que su autoridad eclesiástica.
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